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Viñas del Vero Chardonnay: de blanco joven a sorprendente evolución en el Somontano
Nuestros técnicos decidieron mostrar esta fantástica evolución a finales del año pasado cuando abrieron algunas botellas de nuestro botellero histórico. Es una lástima que las existencias sean minúsculas, ya que nunca lo hemos concebido como un blanco de guarda.
125 años de chardonnay en el Somontano. El descubrimiento ha dado pie a distintas catas verticales con profesionales coincidiendo con el 125 aniversario de la llegada de la uva chardonnay al Somontano.
Sus orígenes en estas tierras del norte de Aragón se remontan a la familia Lalanne que abandonó Burdeos a finales del siglo XIX huyendo de la plaga de la filoxera que asolaba el viñedo francés. Los Lalanne se instalaron en Barbastro donde compraron la finca San Marcos que empezaría a llamarse desde entonces Torre del Americano por la procedencia de los pies de vid, que utilizaron para injertar variedades de su país como las cabernet sauvignon, merlot, syrah, pinot noir y, por supuesto, chardonnay. Con esta última elaboraban un espumoso bajo la marca Mercedes que recibió el Gran Premio en la Exposición Hispano-francesa de Zaragoza de 1908.
El renacimiento vitivinícola de la comarca del Somontano a finales de los años ochenta del siglo pasado recupera parte de este legado. En Viñas del Vero elaboramos nuestro primer monovarietal de chardonnay (que también fue el primero de la región en su era moderna) en la cosecha 1991.
La variedad. La chardonnay está considerada la dama blanca del viñedo mundial. Su altísima calidad, marcada personalidad, facilidad de cultivo y gran capacidad de adaptación a distintos suelos y climas la convierten en una de las uvas más plantadas del planeta, aunque sus expresiones más sublimes y en las que se miran todos los productores que la cultivan están en Borgoña y Champagne. Genéticamente es fruto del cruce de la pinot noir, la gran reina tinta de Borgoña y Champagne, y de la gouais blanc, una variedad casi extinta pero muy extendida por toda Europa Occidental durante la Edad Media a la que se conoce como la “Casanova de las uvas” por haber dado origen a más de 80 variedades; además de la chardonnay, la gamay de Beaujolais, la furmint húngara o la riesling.
El viñedo. Todos los chardonnays que se han elaborado históricamente en Viñas del Vero proceden del pago La Piedra, una finca de 54 hectáreas situada a 415 metros de altitud en Barbastro. Las cepas, que se empezaron a plantar en 1987, cubren una colina en todas sus vertientes, lo que permite jugar con todas las orientaciones. El suelo, franco-arcilloso, pobre y poco profundo, con abundancia de margas y yeso y acumulación de carbonatos, nos parece un hábitat ideal para la chardonnay. Además, el color blanquecino del yeso provoca una alta radiación lumínica, que permite conseguir maduraciones muy completas.
El vino. Como hemos dicho al principio, nuestro chardonnay no es un vino pensado para envejecer. Se ha elaborado siempre pensando en una horquilla de consumo de dos a cuatro años, a lo sumo. En las primeras cosechas se ha llegado a incluir pequeños porcentajes de vino fermentado en barrica (en torno al 15%) para dar un poco más de consistencia en boca, pero la idea es ofrecer la cara más fresca y varietal de esta uva y huir de estilos pesados y maduros.